El túnel que se encontró de 103 metros permaneció oculto por más de 1,800 años y su hallazgo permitirá revisar las ideas que se tienen sobre este enigmático lugar según expertos.
El túnel se encuentra bajo el Templo de Quetzalcóatl o de la Serpiente Emplumada en uno de los extremos de Teotihuacán a unos 18 metros de profundidad.
En 2003 fue descubierta la existencia del túnel pero pasaron 9 años para que los expertos llegaran hasta el final, tras extraer manualmente unas 950 toneladas de tierra y piedras que los teotihuacanos utilizaron para sellar el camino que representaba el inframundo para esta cultura.
El túnel comienza a 15 metros de profundidad pero desciende hasta los 18 metros al final, donde hay tres cámaras donde han sido halladas numerosas ofrendas de tipo ceremonial.
En total más de 50,000 piezas de todo tipo, entre piedras de jade, conchas y caracoles marinos, cerámicas, esculturas y diversas figuras, semillas de diversas plantas, pelotas de hule, restos óseos de aves y felinos, así como objetos de madera en perfecto estado.
Los expertos señalaron que conforme avanzaban por la estructura fueron comprobando diversas hipótesis sobre el carácter ceremonial de toda la ciudadela. señalaron también que el túnel lo habían construido para representar su visión del inframundo, con montañas, cielo estrellado y ríos que lo cruzaban.
Asimismo los especialistas creen que en los túneles del inframundo se desarrollaban los rituales de transmisión de poderes entre los gobernantes, por lo que se cree que los restos de los altos jerarcas se encuentran en este lugar.
Esperan encontrar en las cámaras los restos mortuorios de algunos de los personajes gobernantes o de la jerarquía política.
Y es que las tres cámaras que están al final del túnel aún tienen una gran cantidad de tierra y piedras con más de 2 metros de espesor que deben ser removidos para llegar al fondo.