“Lagunas del Nevado de Toluca”

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En el cráter del volcán Nevado de Toluca hay dos lagunas que almacenan el agua producto, principalmente, del deshielo de la cumbre de esa montaña. En esos cuerpos de agua se hacen rituales religiosos desde tiempos prehispánicos.

Las lagunas localizadas en el cráter del Nevado de Toluca guardan testimonios extraordinarios de los rituales de los pueblos prehispánicos, con un grado de preservación inusual. En su conjunto, nos hablan de las creencias y preocupaciones de los que habitaban bajo la sombra del volcán, quienes en medio de un paisaje soberbio dejaron muestras de su devoción. Las condiciones climáticas del cráter resguardaron, durante siglos, objetos que constituyen para los arqueólogos una ventana a las prácticas rituales prehispánicas.

Aquí se encuentran vestigios de creencias y prácticas rituales que durante siglos practicaron los habitantes del valle de Toluca y alrededores. Hoy en día, para los investigadores el Nevado constituye una veta de conocimiento, ya que algunos de los restos arqueológicos que ahí se encuentran son piezas cuyo destino en tierra hubiera sido su desintegración, por tratarse de fibras vegetales, resinas, madera y cestería. Durante la temporada de campo del proyecto “Arqueología subacuática en el Nevado de Toluca”, llevada a cabo en 2007, se localizaron piezas de material perecedero que aportan información relevante para comprender la ritualidad prehispánica ligada a las lagunas del volcán.La montaña sagrada
La montaña como elemento de veneración y parte fundamental de la cosmovisión entre los pueblos prehispánicos del Centro de México constituye un tema recurrente entre los investigadores (véase Broda, 2007). Es considerada un lugar sagrado en cuyo interior se atesoran los mantenimientos que los dioses brindan una y otra vez a los seres humanos. A esos contenedores de agua se les comprende como una entidad viva, de cuerpo hueco relleno de agua, morada de las deidades de la lluvia, la fertilidad, los mantenimientos y el clima. La montaña sagrada, pues, ha permeado hasta nuestros días el pensamiento de las sociedades circundantes dado que: “La persistencia de técnicas agrícolas que dependen en buena parte del temporal, han prolongado la devoción a un Monte Sagrado al que se atribuye la regulación de las lluvias. Es un asunto de milenios”, como bien apuntan López Austin y López Luján (2010, p. 24).Fuentes históricas
Las fuentes históricas del siglo XVI nos hablan de los ritos que se llevaban a cabo en la cumbre. Sahagún deja anotado sobre el Nevado que era un lugar:    …donde también solían sacrificar que tiene encima dos fuentes, que por ninguna parte corren, y el agua es clarísima y ninguna cosa se cría en ella, porque es frigidísima. Una de estas fuentes es profundísima; parecen gran cantidad de ofrendas en ella, y poco ha que yendo allí religiosos a ver aquellas fuentes, hallaron que había ofrenda allí, reciente ofrecida de papel y copal y petates pequeñitos, que había muy poco que se habían ofrecido, que estaban dentro del agua (en Luna, 2009, p. 82).Igualmente, fray Alonso Ponce en 1585 escribe que: “Echaban dentro en el agua, por sacrificio, mucho copal, que es incienso de aquella tierra, y aun el día de hoy dicen que se saca mucho desto”. En el siglo XVII encontramos la referencia de Domingo de Ramos: “Iban con tres redes de pescar con que sacaban copale entrando a la laguna”. Como se puede apreciar, estas últimas dos citas reflejan importantes alteraciones al contexto arqueológico desde la época colonial y probablemente hasta el siglo XX.

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